Josselin y su impresionante castillo

Josselin

Tras nuestro paso por Vannes nos dirigimos a Josselin. Este bonito pueblo cuenta con un castillo propiedad de la familia Rohan desde hace siglos. Solo se pueden visitar algunas estancias, ya que se sigue usando como residencia por parte de algunos miembros de la familia. Además, el castillo alberga un museo de muñecas y juguetes que contiene la colección privada más importante de Francia. Aunque solo la visión del castillo reflejado en las aguas del rio Oust ya hace que la visita a Josselin merezca la pena, un breve paseo por su casco antiguo os terminará de convencer de lo acertado de incluirlo en vuestra ruta por la Bretaña.

Un paseo por el centro de Josselin

Nos adentramos al centro histórico de Josselin por la Rue Georges le Berd. Allí, en el número 1, se encuentra la Oficina de Turismo. Con un plano de la pequeña población en mano, no tenemos que ir muy lejos para admirar la casa con entramado de madera más antigua de Josselin. Está en el número 3 de la misma calle, a dos pasos de la Oficina de Turismo. Data de 1538 y destacan las figuras talladas en bajorrelieve que decoran las vigas de madera. Representan escenas de caza, quimeras y otros animales fantásticos. Las dos figuras talladas a lado y lado de la puerta de entrada probablemente fueran los primeros propietarios de la casa.

Encontramos más casas con entramado de madera a medida que nos adentramos en Josselin. En las calles Olivier de Clisson y des Vierges y en la Place Notre Dame están las más bonitas, a nuestro parecer. En esta plaza se erige la basílica Notre-Dame du Roncier. Si vuestra visita coincide con el horario de apertura, podréis subir a lo alto del campanario. Seguro que las vistas son impresionantes desde allí arriba.

Rue Olivier de Clisson
Rue des Vierges
Place Notre Dame
Place Notre Dame
Basílica Notre Dame du Roncier

El castillo de Josselin

Nos dirigimos hacia el castillo que da fama a esta población y atrae a miles de visitantes cada año. Las mejores vistas se tienen desde el río Oust, donde se refleja la silueta de la fortaleza. El canal de Nantes a Brest discurre por sus tranquilas aguas a lo largo de más de 300 km. Vemos pasar varias embarcaciones mientras contemplamos el castillo. Siempre nos ha atraído la idea de hacer un viaje en barco por alguno de los muchos canales navegables de Francia y ver lo mucho que parecen estar disfrutándolo hace crecer nuestras ganas aún más.

Aquí os dejamos el enlace a la web oficial del castillo de Josselin. Podéis consultar horarios y tarifas actualizados. Sobre si la visita al castillo merece la pena o no, tenemos opiniones contradictorias al respecto. Por un lado nos parece una visita interesante: las estancias que se pueden ver son muy bonitas, y los jardines y el museo de muñecas son un plus a su favor. Por otro lado, el precio de la entrada es demasiado elevado para lo que ofrece y el museo de muñecas solo lo recomendaríamos a coleccionistas o interesados en la materia.

Finalmente termina venciendo el argumento que dice que es mejor arrepentirse que quedarse con las ganas, así que pagamos el precio de la entrada y comenzamos a explorar el castillo de Josselin. Por cierto, nos parece justo aclarar que no nos arrepentimos para nada de la visita, pero tampoco os diremos que es absolutamente imprescindible.

Las dos caras del castillo de Josselin

Lo primero que nos llama la atención es el marcado contraste entre las dos fachadas del castillo. La que da al río Oust le ofrece un aspecto de fortaleza medieval, con sus impresionantes torreones. En cambio, la fachada que da a los jardines es una auténtica maravilla de estilo gótico flamígero.

La parte del castillo que se puede visitar se limita a la planta baja. Las estancias abiertas al público, realmente bonitas, están decoradas con muebles de época y obras de arte. La que más nos gusta es la biblioteca, con su colección de libros antiguos. Lástima que la visita sea tan breve y que no se puedan ver otras zonas del castillo, pero sus dueños viven allí y es lógico que no quieran ver a nadie deambulando por su casa.

Los jardines del castillo están perfectamente cuidados y damos un breve paseo que se ve interrumpido por la lluvia. Aunque ha hecho un día estupendo, de repente el tiempo ha cambiado y unas nubes grises han aparecido de la nada.

Aprovechamos para dar una vuelta por el museo de juguetes antes de marcharnos. No es que nos interese demasiado, la verdad sea dicha. Lo que pone de manifiesto es que los niños de la familia Rohan tuvieron el privilegio de disponer de todos los lujos y caprichos habidos y por haber durante su infancia.

Así damos por terminada nuestra visita a Josselin, aunque no vamos a irnos muy lejos ya que vamos a pasar la noche en el camping Domaine de Kerelly, del que ya os hablamos en este otro post. Sin duda Josselin merece una parada en una ruta por la Bretaña francesa, ¿qué os ha parecido?

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