Descubriendo Budapest: Pest

De las dos mitades en las que el Danubio divide Budapest, Pest es la que concentra un mayor número de monumentos y atracciones turísticas. Aunque Buda, de la que ya os hablamos en este otro post, es muy bonita y tiene un ambiente como de cuento de hadas, Pest nos parece más interesante desde un punto de vista cultural. No hay mejor forma de comenzar la visita que por el monumento estrella de la ciudad: el Parlamento.

Vistas desde la Basílica de San Esteban

Lo mejor de Pest: el Parlamento

El edificio más emblemático de Budapest es el del Parlamento (Országház en húngaro), sede de la Asamblea Nacional de Hungría. Su construcción finalizó en 1902 y se dice que su diseño, obra de Imre Steindl en 1885, se inspiró en el Palacio de Westminster. Su tamaño es verdaderamente imponente (no en vano es el edificio más grande del país) y su arquitectura neogótica es absolutamente espectacular. Verlo a lo lejos desde la otra orilla del río ya nos da una idea de sus enormes dimensiones, pero contemplarlo de cerca es realmente impresionante.

El Parlamento tiene una ubicación muy céntrica y es muy fácil llegar en transporte público. Se encuentra en la plaza Kossuth Lajos, junto al Danubio. Hay una parada de metro de la línea roja (M2) en uno de los lados de la plaza. La línea 2 del tranvía también se detiene en esta plaza, con una parada en cada extremo de la misma. Aunque el centro de todas las miradas es el Parlamento, Kossuth Lajos tér está rodeada de edificios a los que merece la pena echarles un vistazo. Uno de ellos es la sede del Ministerio de Agricultura y el otro fue la sede del Museo Etnográfico hasta que se trasladó recientemente al parque Városliget.

Visita al Parlamento

Además de admirar el exterior del Parlamento, también es posible visitar el interior mediante una visita guiada. La única web oficial en la que comprar las entradas es esta, tal como avisan desde la propia página de la Asamblea Nacional de Hungría. Para más información, aquí tenéis el enlace a su página. La entrada al centro de visitantes, desde donde salen las visitas guiadas, lo encontraréis en el lateral derecho del Parlamento, bajando unas escaleras que llevan al acceso subterráneo. Conviene reservar con antelación, no os pase como a nosotros y os quedéis sin plazas.

Lo que sí que se puede visitar libremente y de forma gratuita es el Kötár Lapidarium, una exposición subterránea a la que se accede por unas escaleras situadas en la plaza. Allí se exhiben una serie de gárgolas, estatuas y otros elementos decorativos que fueron retirados del edificio del Parlamento. También es gratis el acceso al memorial en honor a las víctimas de la masacre del 25 de octubre de 1956 acontecida durante la Revolución húngara en contra del régimen comunista y del control de la URSS ejercía sobre el país tras el fin de la 2ª Guerra Mundial.

Un paseo junto al río

En los alrededores del Parlamento hay mucho más que ver. Un ejemplo es el cercano monumento de los Zapatos en la Orilla del Danubio. Se encuentra literalmente junto a la orilla del río, a la altura de la calle Zoltán. Es uno de esos lugares que pone los pelos de punta y que conviene visitar mostrando el debido respeto. El monumento, llamado Cipök a Duna-parton en húngaro, está compuesto por 60 pares de zapatos que simbolizan los miles de hombres, mujeres y niños judíos ejecutados y arrojados al río entre 1944 y 1945 por orden del gobierno fascista de la época.

Pest

Las víctimas eran obligadas a descalzarse antes de ser fusiladas, dejando abandonado su calzado al borde del agua. Este no es el único monumento en recuerdo a ese lamentable episodio de la historia de Hungría, pero seguramente es el que más encoge el corazón de aquellos que lo visitan.

Si continuáis hacia el sur, llegaréis hasta el famoso Puente de las Cadenas (en obras durante nuestra visita) y la bonita plaza Széchenyi István tér. La plaza, llena de flores en primavera, está rodeada por preciosos edificios. Uno de ellos es el Palacio Gresham, de estilo modernista, reconvertido en lujoso hotel. También cabe destacar la sede del Ministerio del Interior, en la esquina con la calle József Attila, o la de la Academia de Ciencias de Hungría, en el extremo norte de la plaza.

Una tranquila plaza rodeada de bonita arquitectura

Muy cerca de allí está la Plaza de la Libertad (Szabadság tér). Es un espacio tranquilo y agradable en el que sentarse a descansar un rato. Está rodeada por preciosos edificios neoclásicos, entre ellos uno que está completamente acordonado ya que se trata de la embajada de Estados Unidos. En la plaza hay varias estatuas y monumentos conmemorativos, pero sin duda las dos más llamativas son las de Ronald Reagan y George Bush.

Pest

Justo detrás de la embajada estadounidense, en la calle Hold utca, hay uno de los edificios modernistas más bonitos de la zona. En Hungría, el Art Nouveau o Modernismo tomó el nombre de Secesión. En Budapest hay numerosos edificios de este estilo y este del que os hablamos ahora es uno de los más representativos. Se trata de la Real Caja Postal de Ahorros y es un diseño de Ödön Lechner, conocido popularmente como «el Gaudí húngaro«.

Aunque su fachada es bonita, lo realmente espectacular es su tejado, cubierto de azulejos decorativos de color verde y amarillo. Desde la calle no se puede apreciar debidamente, pero por suerte podremos observarlo a vista de pájaro en nuestra siguiente visita. Otra gran obra de este arquitecto es el edificio que alberga el Museo de Artes Aplicadas, en la avenida Üllöi. Lástima que durante nuestra visita se encontraba cerrado por obras y con la fachada cubierta de andamios, porque por las fotos que hemos visto podemos afirmar que es una auténtica maravilla.

La basílica de San Esteban

Continuamos nuestro paseo y llegamos a la basílica de San Esteban. Esta es sin duda una visita muy recomendable. Su construcción comenzó en 1851 pero se prolongó en el tiempo hasta su completa finalización en 1905. No solo merece la pena por su bonito interior, sino especialmente por la posibilidad de subir hasta su cúpula. Desde allí, las vistas de la ciudad son magníficas. Es desde aquí desde donde se puede apreciar la belleza de la Real Caja Postal de Ahorros, entre muchos otros edificios que componen la arquitectura de Budapest.

Antes de acceder a la basílica hay que comprar el ticket en la oficina que encontraréis en la calle lateral a mano derecha. Se pueden comprar entradas para visitar solamente la basílica o una entrada conjunta que permite el acceso a la basílica, el tesoro y la terraza panorámica. En la página web de la basílica tenéis toda la información.

Avenida Andrássy: la calle más importante de Pest

A cuatro pasos de la Basílica de San Esteban comienza la avenida Andrássy, que es una de las calles más importantes de la ciudad. En sus aproximadamente 2,5 km de largo, esta avenida bordeada por elegantes edificios de estilo neorrenacentista conecta la plaza Erzsébet (fácilmente identificable gracias a su enorme noria panorámica) con la Plaza de los Héroes.

En una esquina de la plaza Erzsébet se levanta este bonito edificio, sede de una escuela de idiomas.
Desde la esquina de las avenidas Andrássy y Bajcsy-Zsilinszky se puede ver la cúpula de la cercana Basílica de San Esteban.

A lo largo de su recorrido y en sus alrededores encontraréis numerosos monumentos y museos que merece la pena visitar. Si no os apetece recorrerla a pie, siempre podéis tomar el metro: la línea amarilla (M1) sigue su trazado de punta a punta.

La Ópera Nacional de Hungría es una de las paradas obligadas cuando se pasea por la avenida Andrássy, por lo menos para admirarla por fuera. Se inauguró en 1884 y, además de asistir a la ópera o al ballet, también se puede realizar una visita guiada al interior del opulento edificio. Aquí tenéis más información por si estáis interesados.

Recordando los horrores del nazismo

Algo más al norte de la avenida Andrássy (a la altura de la estación de metro Vörösmarty utca) se encuentran otros dos museos. Uno de ellos es la llamada Casa del Terror o Terror Háza. Este edificio actualmente remodelado fue la sede de la policia secreta del partido nazi de la Cruz Flechada durante la 2ª Guerra Mundial, y en él se cometieron todo tipo de atrocidades. Aquí, miles de ciudadanos húngaros fueron torturados tras ser detenidos y muchos de ellos murieron en el temido sótano del edificio.

Cementerio judío en la Gran Sinagoga de Budapest.

Sin embargo, la Casa del Terror no solo se centra en los horrores cometidos durante los años en que el partido nazi gobernó en Hungría, sino que también narra el periodo posterior al fin de la guerra, cuando el régimen comunista tomó el control del país y fue su propia policía secreta la encargada de aterrorizar a la población. Sin haberlo visitado personalmente, estamos convenidos de que se trata de una experiencia de esas que te deja con el corazón en un puño e invita a reflexionar profundamente sobre el pasado no tan lejano de Europa y el futuro que atisba en el horizonte.

Otro homenaje a las víctimas del nazismo en la Gran Sinagoga.

Los amantes de la música clásica tienen en la esquina de enfrente de la Casa del Terror un museo dedicado al compositor y pianista húngaro más conocido: Franz Liszt. Su nombre en húngaro es Liszt Ferenc y en su honor se bautizó así al aeropuerto internacional de Budapest.

Siguiendo adelante por la avenida Andrassy el paisaje urbano comienza a cambiar. Poco a poco dejan de verse los elegantes edificios que nos han acompañado hasta ahora y empiezan a dar paso a grandes casas y mansiones, muchas de ellas ocupadas por embajadas y consulados de todo el mundo. Una de ellas la ocupa un museo, llamado Hopp Ferenc Museum of East Asian Art.

Las calles paralelas a la avenida Andrássy esconden muchos rincones con encanto, como en la esquina de las calles Ó y Hajós.

La Plaza de los Héroes

Justo al final de la avenida Andrássy se encuentra la Plaza de los Héroes (Hösök tere en húngaro). Es la más grande de la ciudad y por la noche, una vez iluminada, es cuando más bonita se ve. En el centro de la plaza se alza una columna rodeada por los siete jefes de las tribus magiares que fundaron Hungría. Dos columnatas en forma de semicírculo completan el conjunto escultórico, en este caso con algunas de las figuras históricas más representativas del país.

A ambos lados de la Plaza de los Héroes destacan dos grandes edificios de estilo neoclásico. A mano izquierda se encuentra el Museo de Bellas Artes de Budapest, inaugurado en 1906. A la derecha veréis el Salón de Arte, construido en 1896 como sala de exposiciones temporales y dedicado al arte contemporáneo. Algo más a la derecha del Salón de Arte hay un tercer museo en un edificio de diseño innovador. Se trata del Museo Etnográfico que, como hemos comentado anteriormente, se trasladó recientemente a esta nueva sede desde la que anteriormente ocupaba frente al Parlamento. Aunque los tres museos nos parecen interesantes, por falta de tiempo optamos por no visitar ninguno de ellos. Si alguna vez regresamos a Budapest, no dudaremos en echarles un vistazo.

Un baño en el balneario Széchenyi

La Plaza de los Héroes sirve de punto de entrada al Parque de la Ciudad o Városliget. Además de dar un paseo o sentaros a descansar un rato en alguno de los bancos con vistas al lago, podéis aprovechar para daros un baño en el balneario Széchenyi, situado en el interior del parque. Lo reconoceréis enseguida por el vistoso color amarillo de su fachada.

El gigantesco edificio es un poco laberíntico, así que no os extrañéis si os cuesta un poco encontrar el acceso a las piscinas exteriores de agua caliente. Podréis escoger entre los vestuarios compartidos o unas cabinas privadas. Si no habéis traído bañador y toalla, podéis comprarlos allí mismo (aunque bastante caros). Además de usar las instalaciones, tanto interiores como exteriores, podéis contratar un masaje relajante en solitario o en pareja. El balneario cuenta con saunas, baños de vapor y piscinas de agua fría y caliente. Disfrutamos mucho con la experiencia, incluso a pesar de lo masificado que estaba.

Un castillo en el parque Városliget

Tampoco os podéis marchar del Parque de la Ciudad sin acercaros hasta el castillo Vajdahunyad. Esta peculiar construcción alberga el Museo de Agricultura de Hungría. Al igual que la Plaza de los Héroes y los dos museos de arte que la rodean, este castillo se construyó en 1896 como parte de las celebraciones por el milenario de la fundación de Hungría.

En él se representan los principales estilos arquitectónicos que abarcan desde la Edad Media hasta el siglo XVIII (románico, gótico, renacentista y barroco), tomando como ejemplo algunas de las edificaciones más representativas del país. Para la construcción del edificio principal del castillo se tomó como referencia un castillo de Transilvania, por ejemplo.

Una cafetería histórica

Volviendo al centro, seguimos con el resto de lugares interesantes que merece la pena ver. Para explorar la parte de Pest que aún tenemos pendiente, un buen punto de partida es la céntrica plaza Vörösmarty tér. El famoso Café Gerbeaud, uno de los más elegantes de la ciudad, se encuentra en esta plaza. Sobre él ya os hablamos en este otro post dedicado a la gastronomía húngara. Vale la pena asomarse al interior del local, aunque no vayáis a tomar nada, simplemente para echar un vistazo a la preciosa decoración.

Váci utca: la principal calle comercial de Pest

Desde Vörösmarty tér parte la principal calle comercial de Budapest: Váci utca. Si os apetece ir de compras, aquí encontraréis tiendas de las marcas más conocidas.

Otra importante calle comercial junto a Vörösmarty tér es Deák Ferenc utca.

Además, Váci utca cuenta con varios edificios que destacan por su arquitectura modernista. Algunos de las más bonitos son la casa Thonet (Váci utca 11/A) o la casa Kralovánszky Lajosné (Váci utca 15). Si se sigue por esta calle hasta el final, iréis a parar directamente al Mercado Central de Budapest. No obstante, con la cantidad de lugares interesantes que hay por el camino, no está de más desviarse un poco e ir haciendo paradas hasta llegar allí.

Nos vamos a adentrar en el barrio judío de la ciudad. A nuestro parecer, visitar alguna de las varias sinagogas abiertas al público en Budapest es una experiencia altamente recomendable. Hay tres que se encuentran muy cerca de aquí: la sinagoga de la calle Rumbach, la de la calle Dohány y la de la calle Kazinczy. Hay otra que forma parte del Holocaust Memorial Center, pero esta la descartamos porque queda demasiado lejos del centro.

Sinagoga de la calle Rumbach.

La Gran Sinagoga de Budapest

La única que visitamos fue la sinagoga de la calle Dohány, también conocida como la Gran Sinagoga. Es la más grande de Europa y la segunda más grande del mundo. Además de contemplar el espectacular interior de la sinagoga, no os perdáis el Museo Judío, el Templo de los Héroes o el Parque Memorial del Holocausto. Allí, una escultura en forma de sauce llorón llamada Emanuel Tree es el centro de atención. En cada una de sus hojas hay escrito el nombre de una víctima del Holocausto. También es muy interesante la exposición sobre la historia del barrio judío de Budapest que encontraréis bajando unas escaleras que llevan a una especie de sótano abovedado.

Para aprovechar la experiencia al máximo, os recomendamos realizar la visita guiada. Es totalmente gratuita y también la hay en español. Cuando entréis a la sinagoga solo tenéis que buscar la bandera de España (veréis que en el pasillo central hay varias banderas para indicar los distintos idiomas en los que se ofrece el tour) y sentaros en los bancos a esperar a que llegue el guía. También podéis visitar todo el complejo por vuestra cuenta, pero creemos que merece mucho la pena escuchar a una persona entendida en el tema explicando el origen del templo y las vicisitudes por las que pasó el pueblo judío a lo largo del siglo XX.

Un paseo por el barrio judío de Pest

Al salir de la Gran Sinagoga damos un paseo por el antiguo barrio judío de Budapest. A grandes rasgos, la vieja judería ocupa el espacio comprendido entre las calles Király, Dohány y Kertész y el bulevar Károly. Abunda el street art, que alegra la vista decorando numerosos solares. En este barrio hay muchísimos restaurantes en los que probar los mejores platos de la cocina húngara, aunque también podéis pasaros por el mercado de la plaza Klauzál para comprar los mejores productos frescos.

Justo en el límite del barrio, haciendo esquina con Király utca, encontramos un bonito rincón que nos sorprende muy gratamente. Se trata de Liszt Ferenc tér, un agradable paseo arbolado. Nos recibe un bonito edificio modernista, sede de la Liszt Academy. Franz Liszt es la estrella del lugar, ya que unos metros más allá se le rinde homenaje con una estatua en su honor. Frente a la Liszt Academy, un viejo carromato hace de librería sobre ruedas.

El ruin pub más famoso de Pest

Es también en el barrio judío donde se encuentra el ruin pub más famoso de Budapest: Szimpla Kert. Lo encontraréis en el nº14 de la calle Kazinczy. En un viejo edificio en ruinas, este pub es el mejor ejemplo del esfuerzo realizado para recuperar antiguos espacios abandonados y darles una nueva vida.

Si vais a una hora temprana lo encontraréis prácticamente vacío. Aunque no toméis nada, podéis entrar a echar un vistazo. Las paredes desconchadas y llenas de grafitti hacen juego con los muebles roñosos que parecen recién sacados de la basura. Sin duda este espacio original y único es un buen lugar de encuentro para fomentar la cultura urbana más alternativa.

Un ejemplo de la mejor arquitectura de la ciudad

Vamos a por el último tramo de nuestro paseo por Pest. Numerosos edificios nos llaman la atención por la belleza de su arquitectura. Algunos ejemplos los encontramos en la Casa Szevera, en el bulevar Károly nº14, o en la esquina del bulevar Károly con la calle Kossuth Lajos.

El cruce entre Vaci utca y Kossuth Lajos (prácticamente al lado del puente Erzsébet), también concentra numerosos ejemplos de la bonita arquitectura de la ciudad.

Pero si hay un lugar que merece la pena pararse a ver, esa es la antigua galería comercial Párisi Udvar. Se encuentra en la planta baja del edificio, cuyo exterior ya es espectacular por méritos propios. Actualmente convertido en un hotel de lujo, la antigua galería alberga un carísimo restaurante. Nosotros simplemente nos asomamos a echar un vistazo al magnífico interior e hicimos una foto rápida antes de que se nos acercara un camarero. Párisi Udvar nos trajo a la memoria las bellas galerías comerciales parisinas, en las que se habría inspirado el arquitecto que la diseñó.

Nuestro objetivo es llegar hasta el Mercado Central de Budapest. Vamos dando un rodeo que nos conduce hasta el Museo Nacional de Hungría (Magyar Nemzeti Múzeum). El edificio que alberga el museo es un palacio de estilo neoclásico construido en 1847. Contiene la colección de objetos históricos más grande del país, desde la prehistoria hasta la década de 1990. Tenemos entendido que merece la pena visitar el museo aunque solo sea para admirar el interior del palacio, pero al ir algo justos de tiempo decidimos dejarlo de lado.

El Mercado Central de Budapest

Ahora sí, llegamos al Mercado Central de Budapest (Nagy Vásárcsarnok). Esta joya arquitectónica, restaurada hasta el más mínimo detalle tras años de abandono, se encuentra junto al Puente de la Libertad, al final de la calle Vaci utca. Si preferís llegar en tranvía en vez de caminando, tanto la línea 2 como la 47, 48 y 49 tienen una parada justo en la puerta (Fövám tér).

El mercado se inauguró en 1897 y es de estilo neogótico. Su estructura de hierro y los grandes ventanales dan una gran sensación de amplitud. Del exterior hay que destacar el tejado del edificio, recubierto de los preciosos azulejos de colores de Zsolnay que son tan habituales en Budapest.

El mercado cuenta con dos plantas. Aunque ha perdido gran parte de su encanto y la mayoría de puestos de venta están orientados al turista, en la planta baja aún hay paradas en las que comprar fruta, verdura, carne y demás productos. La planta superior, en cambio, es como una gigantesca tienda de souvenirs. A pesar de ello, merece muchísimo la pena visitarlo por su gran belleza.

El Puente de la Libertad

Salimos del mercado con unas cuantas bolsas de paprika que llevarnos a casa de recuerdo. Antes de dar por finalizada nuestra visita a Pest dedicamos un rato a hacer unas cuantas fotos al bonito Puente de la Libertad. Nos sirve para quitarnos la espinita de no haber podido ver el Puente de las Cadenas a causa de las obras. La verdad es que el Puente de la Libertad no tiene nada que envidiar al de las Cadenas, porque es realmente bonito. Se construyó en 1896 y lo reconoceréis fácilmente por su estructura de hierro pintada de color verde.

Al otro lado del puente, en la orilla de Buda, está el famoso balneario Gellért. Puede ser una excelente forma de poner punto final a todo un día paseando por Budapest, especialmente si no habéis tenido ocasión de visitar ningún otro durante vuestra estancia en la ciudad. Esperamos que este post os sea de utilidad en la preparación de vuestro viaje a esta maravillosa e interesante ciudad.

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