Pontrieux: descubriendo la Venecia del Trégor

Pontrieux

De Pontrieux, apodada la Venecia del Trégor, leeréis que hay que visitarla por sus famosos lavaderos. Pero no os quedéis con la idea de que solo merece la pena por eso, ya que ofrece muchísimo más. Sin duda su sello de identidad son los 50 lavaderos que bordean el río Trieux. También merece la pena perderse por las calles de su agradable centro histórico y descubrir algunas de sus joyas arquitectónicas. También os recomendamos dar un paseo junto al río hasta la zona del puerto, de gran importancia durante la Edad Media y fundamental para la prosperidad de la pequeña población.

Un paseo por el centro de Pontrieux

Llegamos a Pontrieux procedentes de la cercana Paimpol, en un trayecto de algo menos de 30 minutos. No tenemos ningún problema para encontrar aparcamiento en pleno centro, en la Place de la Liberté. Esta bonita plaza triangular alberga la Oficina de Turismo y es una de las dos que conforman el núcleo principal de Pontrieux. La otra es la Place Yves le Trocquer y ambas se comunican a través de la rue Saint Yves. En esta animada calle hay pequeñas tiendas y restaurantes, además de uno de los dos puentes que dan lugar al nombre de la población. Aunque referirse a Pontrieux como la Venecia del Trégor nos parece algo ridículo (cualquiera que haya estado en Venecia lo comprenderá), sin duda las vistas al río son preciosas desde aquí.

Gracias a su puerto, el comercio floreció en Pontrieux. Las bonitas casas de granito y con entramado de madera de entre los siglos XVI y XIX son una muestra de la riqueza de la burguesía local y de los comerciantes. En la calle Saint Yves se pueden admirar algunas de estas casas. La más bonita de todas la encontraréis en la Place Yves le Trocquer. Apodada la «Torre Eiffel» no sabemos por qué motivo, esta casa del siglo XVI es una auténtica maravilla. Pintada de un vistoso color azul y con flores que decoran la fachada, destaca sobre todas las demás.

Los lavaderos de Pontrieux en barca

Otro símbolo de la riqueza de Pontrieux lo encontraréis en los lavaderos que salpican la orilla del río. Las familias burguesas, en vez de usar los lavaderos públicos como el resto de los mortales, optaron por construir los suyos propios. Así ganaban en intimidad a la hora de lavar sus prendas más íntimas y evitaban los cotilleos de sus lavanderas con las de otras familias. La mejor forma de verlos es en barca desde el río.

Después de crear la asociación Nos Lavoirs y llevar a cabo una minuciosa restauración, los paseos en barca que se ofrecen al módico precio de 4€ por persona permiten tener una perspectiva única de todo el conjunto. El acceso al embarcadero lo encontraréis fácilmente, tan solo debéis seguir los carteles que os guiarán desde la Place de la Liberté, junto a la Oficina de Turismo.

Los lavaderos de Pontrieux se construían en piedra y con tejado de pizarra, en el extremo final de los jardines de las grandes mansiones que daban al río. Los hay muy sencillos, mientras que en algunos se llegó a construir un piso superior, normalmente para albergar a parte del personal del servicio. Embellecidos con flores, en muchos hay maniquíes que representan a esas lavanderas que se dejaban la espalda y las rodillas en una de las tareas del hogar más duras de la época. ¡Bendito sea el inventor de la lavadora!

Un recorrido muy agradable

Durante el paseo en barca, que es eléctrica y muy silenciosa, el guía irá contando detalles sobre las labores de las lavanderas. Pero aunque no entendáis nada porque no habláis francés, el paseo os gustará igualmente. El paisaje es precioso y el río es un remanso de paz.

Si este paseo en barca os ha sabido a poco, sabed que el Río Trieux es navegable hasta su desembocadura durante la marea alta. Le Passeur du Trieux ofrece excursiones en barco por el río y el estuario. Os dejamos el enlace a su página web para que consultéis precios, horarios y recorridos.

El puerto de Pontrieux

Una vez terminado el paseo en barca y la visita al centro de la ciudad, os recomendamos acercaros hasta el puerto fluvial. A mano izquierda desde la Place Yves le Trocquer se encuentra la rue du Quai. Os llevará directos hasta el segundo puente de Pontrieux y el viaducto con la vía del tren. En este punto la calle se convierte en la rue du Port. La orilla del río se ha ajardinado y el paisaje es precioso. Las flores, el césped bien cuidado y unos bonitos sauces llorones nos acompañan a lo largo del recorrido. Apenas hay 1 km desde la plaza Yves le Trocquer hasta el puerto.

A la vuelta, para no repetir el mismo camino, cruzamos al otro lado del río por el puente que hay bajo el viaducto. La rue de la Presqu’île nos conduce directamente a la Place de la Liberté, que se ha convertido en el punto de inicio y final de nuestra visita a Pontrieux. Por el camino hacemos una parada para bajar hasta la pasarela de madera que atraviesa el río, justo el punto al final del recorrido que hemos hecho antes en barca. Un lugar precioso para despedirnos de Pontrieux, ¿no os parece?

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