Santu Lussurgiu

Santu Lussurgiu

Más o menos a mitad de camino entre las poblaciones de Bosa y Oristano, en la comarca de Montiferru, Santu Lussurgiu nos muestra una cara distinta de Cerdeña, muy alejada del turismo de masas que predomina en otras partes de la isla. Si os apetece disfrutar de un poco de tranquilidad mientras paseáis por las calles medievales de su pequeño casco histórico, Santu Lussurgiu es vuestro lugar. Además, la cercana cascada Istrampu de Sos Molinos es el lugar ideal para disfrutar de un refrescante baño en un caluroso día de verano.

Descubriendo el casco histórico de Santu Lussurgiu

Santu Lussurgiu es todo lo que cabría esperar de una pequeña población del centro de Cerdeña. La maraña de callejuelas que forman su casco antiguo parece haberse detenido en el tiempo varias décadas atrás. Se respira una calma y una tranquilidad que se agradecen después de varios días visitando lugares mucho más turísticos de la costa norte de Cerdeña. Apenas vemos a nadie paseando, tan solo a algún vecino ocupado con sus tareas diarias, completamente ajeno a nosotros.

Aunque las principales actividades económicas de Santu Lussurgiu son la agricultura y la ganadería, la artesanía también tiene un papel importante. Son especialmente famosos sus cuchillos y navajas, de gran calidad y muy apreciados por los coleccionistas. Para saber más sobre la artesanía típica, las herramientas de trabajo y los objetos de uso cotidiano de la región, podéis visitar el Museo della Tecnologia Contadina. Este museo etnográfico tiene un horario de apertura bastante limitado, en su página web podéis consultarlo para no encontrarlo cerrado, como nos pasó a nosotros.

Un pueblo orgulloso de sus tradiciones

Santu Lussurgiu es un lugar sin pretensiones, totalmente auténtico en su simplicidad. Mantiene vivas sus tradiciones, lo que se refleja en su Carnaval. Durante los tres días de febrero que duran las celebraciones, tiene lugar una vertiginosa exhibición ecuestre llamada Sa Carrela ‘e Nanti. Dos jinetes, a lomos de sendos caballos, se abren paso entre la multitud que se agolpa en Via Roma, una calle larga y estrecha. Los dos se lanzan calle abajo a toda velocidad y se mantienen unidos hasta llegar al final, agarrados el uno al otro para simbolizar la unidad, la amistad y la solidaridad.

Otra parte de la celebración consiste en lanzarse a la carrera con un palo y decapitar una gallina colgada de una cuerda (las gallinas son de mentira, dejaron de usarse animales vivos hace muchos años). Como nuestra visita fue en agosto, no tuvimos ocasión de ver este espectáculo, pero sí que vimos varias referencias al mismo en forma de murales en algunas paredes del pueblo. En esta página web tenéis una galería de fotos y un video en los que podéis ver exactamente en qué consiste esta temeraria tradición.

Istrampu de Sos Molinos

Santu Lussurgiu y otros pueblos de los alrededores destacan por su abundancia de agua, tanto en forma de manantiales y fuentes como de cascadas. Paseando por las calles del pueblo encontraréis varias fuentes en las que refrescaros. Si tenéis ganas de dar un paseo por los alrededores de la población, os podéis acercar hasta la bonita cascada de Istrampu de Sos Molinos.

Unos 3 km al sur de Santu Lussurgiu, junto a la Strada Provinciale 15, hay una pequeña área de aparcamiento en la que comienza el sendero que conduce a la cascada. El camino hasta la cascada es corto pero muy empinado. En 205 metros se salva un desnivel de 64 metros, con numerosos tramos de escaleras. Al volver, la subida se hace menos llevadera que la bajada, pero merece la pena el esfuerzo.

A medida que vamos descendiendo por el sendero, el silencio y un agradable frescor nos rodean. La sombra de las encinas, los robles y los alisos hace que la temperatura baje varios grados, algo que se agradece mucho teniendo en cuenta el calor que hace hoy. Pronto oímos el rumor del agua del río Sos Molinos. Cuando ya falta poco para llegar a la cascada encontramos uno de los antiguos molinos que le dan nombre. La pequeña edificación de piedra se ha restaurado, pero no hay nada que ver en su interior.

Una bonita cascada en la que darse un chapuzón

Por fin divisamos la cascada. Como estamos en pleno verano, la cantidad de agua que lleva no es muy grande, pero aún así nos parece preciosa. La presencia del agua y el verdor del entorno suponen un refrescante contraste con el ambiente caluroso y seco que hay fuera de este pequeño oasis. Hay algunas personas disfrutando del lugar, e incluso hay quien se da un baño en la pequeña piscina natural que hay a los pies del salto de agua.

El agua está muy limpia y fresquita, es una pena que no hayamos pensado en traer los bañadores. Nos sentamos un rato a descansar en una roca junto al río, hasta que decidimos dar por finalizada nuestra visita y seguir adelante con nuestra ruta. Santu Lussurgiu ha supuesto una agradable sorpresa y nos ha dejado entrever una vez más esa Cerdeña más auténtica, tan alejada del turismo que parece haber quedado anclada en otra época.

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