De paseo por Venecia: Dorsoduro

Dorsoduro

Un viaje de 5 días a Venecia da para mucho. Al ser una ciudad pequeña se puede recorrer fácilmente a pie. Nosotros agrupamos las visitas por barrios para aprovechar mejor el tiempo. Tras instalarnos en el Hotel dalla Mora, elegimos el cercano barrio de Dorsoduro para empezar a explorar las calles de esta ciudad tan especial.

Disfrutando de una buena pizza en Campo Santa Margherita

Son ya las dos de la tarde y estamos muertos de hambre. Nuestra prioridad es encontrar un lugar donde comer algo. César se acuerda de una pizzería cercana en la que comió varias veces en su anterior viaje a Venecia, así que hacia allí nos dirigimos. Se llama Pizza al Volo y está en Campo Santa Margherita.

El local de Pizza al Volo es muy fácil de localizar: casi siempre hay gente esperando sus pizzas para llevar

Esta bonita plaza se encuentra a cuatro pasos de nuestro hotel, ya en Dorsoduro. Nada más poner un pie en ella se convierte en uno de nuestros rincones favoritos de la ciudad. En Campo Santa Margherita hay multitud de bares y restaurantes en los que sentarse a tomar algo. A esta hora del día hay gente por todas partes terminando de comer.

En Pizza al Volo pedimos dos porciones de pizza al taglio por tan solo 2€ cada una y un par de latas de refresco por 1€. Son de un tamaño considerable y están realmente buenas. El local es muy pequeño, ya que no está pensado para comer allí. El servicio es muy rápido y estamos seguros de que volveremos en los próximos días. Con la pizza en nuestro poder, nos sentamos en uno de los muchos bancos rojos que hay repartidos por la plaza y disfrutamos de cada bocado mientras contemplamos el ir y venir de la gente.

Una porción de pizza con salchichas y patatas fritas. ¡Deliciosa!

Un paseo entre puentes y canales

Tras esta barata y riquísima comida nos dirigimos a otro campo cercano, el Campo San Barnaba. Para llegar hasta allí debemos cruzar el Ponte dei Pugni, un puente famoso por su historia. Es bastante discreto y sin ningún detalle arquitectónico que lo haga destacar particularmente.

Al fondo de este bonito canal de encuentra el Ponte dei Pugni

Sin embargo, las peleas a puñetazo limpio que tenían lugar en él lo hicieron tremendamente popular. Las bandas rivales de los Castellani y los Nicolotti tenían por costumbre resolver sus disputas en este puente. El ganador era el que conseguía tirar al rival al canal, ya que en aquella época el puente no tenía barandilla.

A nosotros el puente no nos llama tanto la atención como la frutería flotante que hay junto a él. Se trata de una barca que está amarrada en el tranquilo canal y en la que los vecinos del barrio compran su fruta y verdura con toda normalidad.

El Campo San Barnaba es pequeño pero está muy animado. Tomamos la Calle Lunga San Barnaba, repleta de pequeñas tiendas, y vamos callejeando sin prisas por el tranquilo barrio hasta desembocar en la Fondamenta Zattere al Ponte Longo.

Junto al Canal de la Giudecca

El Canale della Giudecca separa el Dorsoduro de las islas que forman Giudecca. Dada su amplitud, por este canal es por donde circulan los monstruosos transatlánticos que atracan a diario en el puerto de Venecia. La paz de la ciudad se ve interrumpida por estos cruceros gigantescos y la primera vez que ves uno pasar frente a ti te quedas alucinado.

Con el sol que hace, damos un paseo de lo más agradable junto al canal. Las vistas son estupendas y hay mucha gente pasando el rato igual que nosotros. Nos topamos con un hombre, presumiblemente chino, pescando en el canal. Más de uno se acerca a echar un vistazo, a ver si ha tenido suerte o no. Desconocemos el nivel de contaminación de las aguas de Venecia, pero en vista del continuo tráfico de embarcaciones a motor no tenemos claro si nos comeríamos algo recién salido de allí.

Vistas a la isla de la Giudecca, con la iglesia del Santissimo Redentore al fondo

¿Huele mal Venecia?

Queremos hacer aquí un pequeño inciso para comentar un tema del que hemos oído hablar a veces: el supuesto mal olor de los canales de Venecia. Dice la leyenda urbana que Venecia huele mal. Que el agua de los canales está tan sucia que apesta. Bueno, nosotros queremos desmentir este rumor, al menos en parte. Aunque el agua de los canales no sea precisamente transparente, no se percibe ningún olor en particular.

Otra cosa es el típico «olor a mar» que se nota cuando baja la marea. En ese momento quedan expuestas las zonas que normalmente están sumergidas. Es entonces, cuando las algas quedan a la vista, cuando se percibe ese olor ligeramente desagradable tan propio de lugares bañados por el mar. No huele peor que muchas playas o zonas portuarias, o que un pantano con un nivel de agua más bajo de lo normal.

Es un olor que puede no gustar a todo el mundo, pero al fin y al cabo es algo completamente natural y no se debe a la suciedad sino a la descomposición de la materia orgánica. Es de suponer que en verano el olor será más intenso a causa de las temperaturas más altas, pero en octubre no lo notamos excepto en algunos momentos y lugares puntuales.

Squero di San Trovaso: reparando góndolas en Dorsoduro

Tras soltaros este rollo seguimos con nuestro paseo por Dorsoduro. Cruzamos el Ponte Longo y nos acercamos a un rincón de lo más especial: el Squero di San Trovaso. Venecia es famosa en el mundo entero por sus canales y las góndolas que los surcan. Estas peculiares embarcaciones necesitan reparaciones periódicas y en el Squero di San Trovaso es donde se realizan estas tareas de mantenimiento.

Osteria Al Squero: unos cicchetti deliciosos

Lo ideal es acercarse hasta la Osteria Al Squero, un bar situado justo enfrente del pequeño astillero. Aquí se sirven deliciosos cicchetti por un módico precio, que se acompañan casi siempre con un buen vaso de vino o un spritz. El local suele estar siempre muy concurrido, pero no importa. Lo mejor es comer en la calle mientras se contempla a los hombres trabajando en alguna de las embarcaciones. Nosotros no nos tomamos nada ahora, ya volveremos en otro momento por la noche, pero sin duda os recomendamos este lugar.

Tomarse algo junto a este tranquilo canal sin duda es una buena idea

No muy lejos de la osteria se encuentra una conocida heladería veneciana. Se trata de la Gelateria Nico. Su creación más popular es Il Gianduiotto, un helado de chocolate con avellanas servido en una copa a rebosar de nata montada. Si la lista de precios colgada en la entrada del local no miente, el precio de una copa es de 6,5€. Aunque disponen de una terraza con unas vistas inmejorables al canal de la Giudecca, nos parece un precio absolutamente abusivo. Quizá si se pide para llevar el precio no sea tan elevado. Sin embargo, con ese precio tan escandaloso a nosotros ya nos han perdido como clientes. No nos gusta que nos tomen el pelo, especialmente teniendo en cuenta que este no es el único lugar de la ciudad donde lo sirven.

La importancia de fijarse bien en los precios

Aquí queremos hace otro inciso para hablaros de la importancia de mirar los precios antes de entrar a cualquier bar o restaurante. La ley obliga a todos los locales a mostrar una lista de precios en la entrada. En pocos sitios esto es tan importante como en Venecia, donde intentan aprovecharse del turista incauto a la que pueden. En los bares los precios suelen variar en función de si la consumición se hace en la barra o en la terraza del local. El precio se puede llegar a duplicar (hemos visto spritz que pasan de costar 2,5€ a 5€), así que no está de más que os fijéis bien si no queréis sorpresas cuando pidáis la cuenta.

Es muy importante ir con cuidado en los locales de los alrededores de la Plaza de San Marcos. Allí los precios son realmente prohibitivos (y a nosotros nos parecen directamente una estafa). En el famoso Caffè Florian, por ejemplo, un simple café con leche cuesta 10€. Sí, habéis leído bien: 10€ por un café. Por muy bonito, lujoso e histórico que pueda ser el local, a nosotros esto nos parece una tomadura de pelo.

Si os parece bien pagar ese precio, pues no hay ningún problema. Pero no queremos que os pillen desprevenidos y luego os pasen una factura desorbitada (como ya ha pasado más de una vez con algún turista incauto). Ah, y si hay música en directo en la terraza los precios aún suben más, aunque no la hayáis pedido vosotros. Así que aquí va nuestro consejo del día: por favor, nunca entréis en ningún lugar sin saber de antemano lo que os van a cobrar. Vuestro bolsillo os lo agradecerá.

Ponte dell’Academia: unas vistas fantásticas al Gran Canal

Volvemos a nuestro paseo por Dorsoduro. Como nos hemos quedado con ganas de helado, nos desquitamos con un par de cucuruchos de una bola (1,80€ cada uno) en una heladería cercana. Los compramos en Laguna Bar Gelateria, justo al lado de la iglesia de Santa María del Rosario. No os recomendamos especialmente este lugar, los helados no son nada del otro mundo. Nos sentamos en un banco del Campo Sant’Agnese hasta que nos los terminamos y seguimos por Rio Terrà Foscarini hasta el Gran Canal.

Sin darnos apenas cuenta nos hemos plantado en el Ponte dell’Accademia. Las vistas desde aquí son preciosas, aún más con la suave luz de media tarde. Elegantes palacios jalonan el Gran Canal e incluso divisamos la cúpula de la Basílica de Santa Maria della Salute. No cruzamos el puente, ya que la exploración del barrio de San Marco la dejamos para otro día. Sin embargo, dedicamos un buen rato a disfrutar del ir y venir de la gente y las embarcaciones. Quizá seamos los únicos que han pensado esto al ver por primera vez el Gran Canal, pero lo primero que nos viene a la mente es «pues me lo imaginaba más grande». No nos malinterpretéis: el Gran Canal es maravilloso de principio a fin, pero en las fotos siempre nos había parecido un poco más ancho.

Los mejores museos de arte de Venecia

Junto al Ponte dell’Accademia se encuentra la Galería de la Academia, el museo de arte más relevante de Venecia. No muy lejos de allí, también en Dorsoduro, está la Colección Peggy Guggenheim, otro importante museo de la ciudad. En los dos se exhiben obras de arte de primer nivel, aunque de épocas y estilos radicalmente distintos. La Galería de la Academia se centra en la pintura veneciana bizantina, renacentista y barroca. Allí se exponen obras de artistas de la talla de Tiziano, Tintoretto o Canaletto, entre otros. En cambio, la Colección Peggy Guggenheim constituye uno de los museos de arte moderno más importantes de Europa. Incluye obras de Dalí, Kandinsky, Pollock, Rothko o Picasso, por ejemplo.

Debemos reconocer que nosotros no visitamos ninguno de los dos museos. De los dos, el que más nos interesaba era la Colección Peggy Guggenheim, ya que el arte moderno es el que más nos gusta. En el caso de la Galería de la Academia, como en Florencia visitamos la Galería de los Uffizi apenas tres meses antes y las obras expuestas son muy similares, optamos por prescindir de la visita. Si estáis interesados en ver estos dos museos, en sus páginas web tenéis disponible toda la información sobre precios y horarios para que planifiquéis vuestra visita.

Santa Maria della Salute: una de las iglesias más conocidas de Venecia

Seguimos nuestro paseo por Dorsoduro. En el pequeño Campo San Vio nos topamos con una peculiar escultura dorada. Se llama The Golden Tower y es obra de James Lee Byars. Con su llamativa forma fálica, esta obra forma parte de la 57ª Bienal de Venecia y sin duda llama la atención de todo aquel que pasa por aquí.

Por la Calle del Bastion llegamos al extremo final de Dorsoduro. Allí se alza la hermosa Basílica de Santa Maria de la Salute, que es de acceso gratuito. El perfil de esta iglesia barroca es uno de los más famosos de Venecia y aparece en muchas postales y guías de viaje. Y no es de extrañar, ya que su exterior es realmente bonito, especialmente cuando se contempla desde la orilla opuesta del Gran Canal.

Punta della Dogana: el extremo final de Dorsoduro

A su lado se encuentra la Punta della Dogana, de forma triangular, desde la que hay unas vistas fantásticas tanto del Campanile como de la iglesia de San Giorgio Maggiore. Aquí confluyen las aguas del Gran Canal y el Canal de la Giudecca y es un lugar excelente desde el que contemplar el atardecer sobre la ciudad.

La Punta della Dogana ocupa las antiguas instalaciones de las aduanas de Venecia y alberga en su interior un museo de arte contemporáneo. Si estáis interesados en esta visita, sabed que el precio de la entrada también incluye el acceso al Palazzo Grassi. En su página web tenéis más información disponible.

La Punta della Dogana, con su inconfundible forma de punta de flecha. Detrás de ella se alza la cúpula de Santa Maria della Salute. La foto está tomada desde lo alto del campanario de San Giorgio Maggiore

Un barrio lleno de rincones tranquilos

Decidimos ir regresando al hotel antes de que anochezca. En vez de volver por el mismo camino, decidimos dar un pequeño rodeo y así terminar de descubrir otros rincones de Dorsoduro. Nos metemos por algunos callejones que resultan no tener salida, pero en los que siempre encontramos algún detalle que hace que merezca la pena perderse por ellos.

La ropa tendida en la calle es una estampa de lo más habitual en Venecia

Sin duda Dorsoduro ha supuesto una magnífica primera aproximación a Venecia. Se trata de un barrio relativamente tranquilo, perfecto para pasear y sin una cantidad excesiva de turistas.

Pasamos de nuevo por Campo Santa Margherita, que sigue tan animado como al mediodía. Aprovechamos para comprar algunas cosas en un supermercado que descubrimos allí al lado. Nos sorprende ver que la comida se vende aquí mucho más cara que en otros supermercados italianos. Teniendo en cuenta lo que tienen que esforzarse los repartidores para hacer llegar las mercancías hasta las estanterías de los comercios, no es difícil entender el motivo de ese encarecimiento.

Dorsoduro está lleno de rincones encantadores

Un primer día fantástico en Venecia

Una vez en el hotel descansamos un rato y después salimos a buscar algo para cenar. No tenemos ganas de andar demasiado, así que terminamos comprando un par de calzone en un sitio cualquiera. Sin duda no ha sido un gran acierto: pagamos 3€ cada uno por un calzone recalentado al microondas, con una masa sosa, con una textura parecida al chicle y un relleno bastante escaso. Esta será la única vez en todo el viaje en que comamos así de mal, afortunadamente. Pero al menos nos quita el hambre.

Una cosa que nos llama la atención esta primera noche es lo oscura que es Venecia por la noche. Las farolas escasean bastante y las que hay apenas dan luz. Eso crea una atmósfera a la vez íntima e inquietante que hace que pasear por la ciudad una vez se pone el sol sea una experiencia maravillosa.

Venecia es una inspiración para los artistas tanto de día como de noche

Con esta última imagen de los callejones en penumbra nos retiramos al hotel a descansar. Mañana nos dedicaremos a explorar nuevas zonas de la ciudad que estamos seguros que nos gustarán tanto como Dorsoduro.

La bonita iglesia de Santa Maria del Carmelo envuelta en la niebla. Esta foto la hicimos el último día de nuestra estancia en Venecia. Dimos un último paseo por Dorsoduro a primera hora de la mañana y apenas nos encontramos a nadie por la calle

4 respuestas a “De paseo por Venecia: Dorsoduro”

  1. […] Ya en el hotel nos tumbamos a descansar nuestros doloridos pies. Hoy hemos caminado una barbaridad y estamos agotados. Tras una ducha refrescante nos arreglamos para salir a cenar. Vamos a ir a tomar unos cicchetti a Osteria al Squero, de la que ya os hablamos en el post anterior. […]

  2. […] medida que el vaporetto se acerca a la Punta de la Dogana (de la cual ya os hablamos aquí) el Campanile empieza a despuntar por encima del resto de edificios. Y poco después tenemos ante […]

  3. […] forma de flecha. De ambas os hablamos con más detalle en el post que dedicamos a nuestro paseo por el barrio de Dorsoduro. En este punto el Gran Canal se ensancha notablemente y termina desembocando en el Canal della […]

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