En el post introductorio a nuestro viaje, que podéis leer aquí, os dimos unas cuantas pinceladas sobre cómo moveros en ferry en Nueva Zelanda para ir de una isla a otra. A continuación os ampliamos la información y os contamos todo lo que necesitáis saber sobre este práctico medio de transporte.
El ferry en Nueva Zelanda: la mejor opción para desplazarse entre islas
Ningún viaje a Nueva Zelanda estaría completo sin visitar tanto la isla norte como la sur. Las dos son absolutamente imprescindibles, así que antes de emprender vuestra aventura os tendréis que plantear cual es la opción que más os conviene a la hora de ir de la una a la otra.
Podéis tomar un vuelo interno u optar por el ferry. Viajando en campervan o en coche de alquiler, lo más probable es que optéis por el ferry. Siempre es posible alquilar un vehículo distinto en cada isla y hacer el trayecto en avión, pero lo vemos muy poco práctico. Si empezáis vuestro viaje en la isla norte y lo termináis en la sur (o viceversa), solo tendréis que hacer un viaje en ferry. Nosotros empezamos y terminamos el viaje en la isla norte, por lo que cogimos el ferry a la ida y a la vuelta.
El ferry en Nueva Zelanda es rápido, seguro y muy cómodo. El trayecto dura algo menos de tres horas y media. Podéis aprovechar para descansar, leer o dar un paseo por cubierta si el tiempo acompaña. El ferry es grande y cuenta con unas instalaciones impecables. A bordo hay cafetería y la comida y bebida tienen un precio razonable. Si queréis estirar las piernas podéis pasearos por los distintos niveles o acercaros a la tienda de regalos que hay a bordo.
El paisaje que se contempla una vez se deja atrás el mar abierto y el barco se aproxima a la isla sur es maravilloso. Y si tenéis suerte incluso podréis ver delfines. Tened en cuenta que suele hacer viento y puede llegar a hacer mucho frío en el exterior, así que no os olvidéis la chaqueta en el coche porque no podréis bajar a por ella.
Bluebridge o Interislander
Hay dos compañías que realizan el trayecto a través del estrecho de Cook, conectando Wellington, en la isla norte, con Picton, en la sur. Una es Interislander, la que utilizamos nosotros, y la otra es Bluebridge. En sus páginas web podéis consultar tarifas y horarios. En cuanto a precios, son bastante similares entre las dos, así que la elección muchas veces dependerá de la disponibilidad de plazas y de los horarios más convenientes. Eso fue lo que hizo que nos decantáramos por Interislander, y nuestra experiencia fue estupenda.
Tened en cuenta que algunas agencias de alquiler de coches os ofrecerán reservar los billetes a través de ellas y así obtendréis un descuento. Consultadlo, porque puede merecer la pena.
Con Interislander pagamos 233$ (136€) por el trayecto de Wellington a Picton y 265$ (155€) por el de Picton a Wellington. El precio incluía una campervan pequeña más el conductor y un pasajero extra. Para otro tipo de vehículo o más pasajeros, el precio variará. También es posible que en temporada alta los precios sean superiores.
Los billetes los podéis comprar por internet, en cualquier i-SITE o en las oficinas de las dos compañías. Si ya sabéis la fecha del viaje, lo mejor es reservar plaza con unos días de antelación, especialmente en temporada alta. Viajando en noviembre, no tuvimos problemas para encontrar plazas libres con tan solo un día de antelación, pero algunas de las franjas horarias ya estaban completas.
Embarcar y desembarcar: un proceso muy sencillo
El momento de embarcar y desembarcar suele ser el que más dudas suscita a la hora de coger el ferry en Nueva Zelanda. Os aseguramos que no puede ser más sencillo. En Wellington, cada compañía tiene su propia terminal de ferry. Las indicaciones para llegar por carretera son abundantes y no os vais a perder. En Picton, que es una población mucho más pequeña, los ferrys comparten terminal, lo que simplifica aún más todo el proceso.
Debéis llegar a la terminal del ferry con una hora de antelación. En la garita donde se hace el check-in os indicarán en cual de los carriles numerados debéis colocaros a esperar el momento del embarque. Una vez llegado el momento, solo tenéis que seguir al coche que tengáis delante y seguir las indicaciones del personal. Vuestro vehículo debe quedar bien aparcado y cerrado, y tened en cuenta que una vez se abandona la zona de aparcamiento ya no es posible volver a acceder hasta el momento de desembarcar, así que coged todo lo que creáis necesario y no dejéis objetos de valor a la vista. ¡Tampoco olvidéis en qué nivel lo habéis aparcado!
Una vez hecho esto, ya solo os queda buscar un rincón agradable en el que disfrutar de la travesía. Os aseguramos que viajar en ferry en Nueva Zelanda es una experiencia fantástica. Y si os mareáis con facilidad, os recomendamos que os toméis unas pastillas antimareo, ¡que un estómago revuelto no os arruine el viaje!
[…] que cruzan el estrecho de Cook se encuentran en Wellington. Sobre nuestra experiencia al respecto, aquí tenéis el enlace al post que le […]