La población asturiana de Villaviciosa merece ser incluida en una ruta por esta preciosa región española. Su casco antiguo está repleto de edificios de gran importancia histórica y cultural. Aunque su origen es medieval, a finales del siglo XV hubo un gran incendio que la destruyó por completo. Los Reyes Católicos se encargaron de financiar su reconstrucción mediante la aportación de los fondos necesarios, y Villaviciosa resurgió literalmente de sus cenizas.
Una población con mucha historia
A lo largo del siglo XVII, en el centro histórico de la ciudad comenzaron a construirse grandes casonas y palacios. Gracias a su magnífica localización junto a la ría de Villaviciosa, que era navegable, el comercio se convirtió en una importante fuente de ingresos desde mediados del siglo XIX hasta principios del siglo XX. Con el auge del comercio llegó una nueva clase social, la burguesía, que también puso su granito de arena en lo que a la arquitectura de Villaviciosa se refiere.
Además del comercio, la industria alimentaria supuso otra fuente de riqueza para Villaviciosa. La población se asienta sobre unas tierras muy fértiles que le valieron incluso un cambio de nombre. Durante la Edad Media había sido bautizada con el nombre Maliayo, pero a partir del siglo XIV pasó a llamarse Villaviciosa, que significa “villa fértil”.
La capital manzanera de España
Uno de los principales cultivos de Villaviciosa es la manzana. En los alrededores abundan las pumaradas (o pomaradas), que es el nombre que reciben las plantaciones de manzanos. Tan importantes son las manzanas que la población de Villaviciosa recibe el sobrenombre de “capital manzanera de España«. Con ellas se elabora una deliciosa sidra. Es precisamente aquí donde se encuentra la fábrica de la famosa Sidra El Gaitero. No es la única, pero sí que es la más conocida.
Aquí fue donde se inventó la sidra espumosa, ya que la sidra natural (la que se escancia) no aguantaba los largos viajes en barco hasta América, donde vivía una considerable población de asturianos expatriados que no querían renunciar a su bebida preferida. Por si estáis interesados en aprender más sobre la elaboración de la sidra, podéis reservar una visita guiada a Sidra El Gaitero. Aquí tenéis más información.
Un paseo por el casco histórico de Villaviciosa
Comenzamos nuestro paseo por Villaviciosa por su monumento más emblemático. Se trata de la iglesia románica de Santa María de la Oliva, del siglo XIII. Además de contar con un bonito pórtico en uno de sus laterales, destacan el rosetón y la portada principal, con su bonita ornamentación.
Aunque todo el casco antiguo de Villaviciosa está repleto de edificios históricos y monumentales, los más importantes se concentran en las calles Sol y Agua. Ambas calles, paralelas entre sí, van desde la iglesia de Santa María de la Oliva hasta la plaza del Eccehomo.
Justo detrás de la iglesia se encuentra la plaza de Obdulio Fernández. Pronto nos vamos a familiarizar con este nombre, ya que se trató de un gran benefactor que contribuyó al desarrollo de Villaviciosa. Emigró a América y regresó años después convertido en un rico indiano. Fue director de la fábrica de sidra El Gaitero y, entre otras muchas cosas, promovió la construcción de las Escuelas Graduadas en 1925.
En la plaza bautizada con su nombre, situada frente a las Escuelas Graduadas, hay una estatua llamada “La Manzanera”, también dedicada a él, que es obra del gran escultor Mariano Benlliure y data de 1932. El Teatro Riera, inaugurado en 1945, se encuentra también en esta plaza.
El desembarco de Carlos I
Echamos a andar por la calle del Agua, repleta de casonas y palacios que lucen con orgullo los blasones familiares en sus fachadas. Entre los más importantes desde un punto de vista histórico se encuentra la Casa de los Hevia, de finales del siglo XV. Fue aquí donde se alojó durante cuatro días Carlos de Habsburgo en el que fue su primer viaje a la península en 1517. Acompañado de su hermana Leonor y un numeroso séquito, se dirigía a tomar posesión de los reinos de Castilla y Aragón como legítimo heredero de los Reyes Católicos, que eran sus abuelos.
El viaje por mar se vio interrumpido antes de tiempo por una tormenta y acabó desembarcando en el cercano puerto de Tazones. Como allí no contaban con ningún alojamiento digno de alguien de su posición, tanto él como sus acompañantes fueron alojados en casa de Rodrigo de Hevia. Tras cuatro días en Villaviciosa, Carlos pudo continuar su viaje y fue coronado rey, pasando a convertirse en Carlos I de España y V de Alemania. Tal fue la importancia de este hecho histórico que en la planta superior de la Casa de los Hevia se puede visitar gratuitamente una reproducción de la estancia en la que se alojó el rey. En la planta baja del edificio se encuentra la Oficina de Turismo de Villaviciosa.
Las plazas más bonitas de Villaviciosa
Situadas entre las calles Agua y Sol hay dos de las plazas más bonitas de Villaviciosa. Una de ellas es la plaza de Caveda y Nava, rodeada por algunos de los palacios más notables de la población. Un buen ejemplo de ello es el espectacular Palacio de los Valdés, del año 1806. También se puede admirar el Palacio de los Peón, antiguo Colegio San Francisco, de mitades del siglo XVIII. En la esquina de la plaza con la calle Agua se encuentra el Palacio de los Caveda, de finales del siglo XVII, hogar de José Caveda y Nava, en cuyo honor se bautizó la plaza.
A escasos metros de la plaza de Caveda y Nava se encuentra la plaza de Carlos I. El Hotel Casa España ocupa el que antaño fue conocido como Casa del Arcediano o de la Fábrica, ya que antiguamente hubo en ella una fábrica de chocolate. Aunque el edificio original fue derribado en 1921, se utilizaron los materiales procedentes de la demolición para la construcción del actual hotel.
Llegamos al final de la calle del Agua, cuyo último tramo se ha rebautizado como Caveda y Nava. Aquí se encuentra la pequeña plaza del Eccehomo y, a unos pasos de ella, está la agradable plaza de Santa Clara. Si seguís adelante por la calle Santa Clara os toparéis con el Convento de la Purísima Concepción (de finales del siglo XVII) y con la plaza de San Francisco. En esta plaza podéis visitar el Museo de la Semana Santa (además de la iglesia de Santa María de la Anunciación, de 1743), ya que esta festividad es una de las más antiguas de Asturias (se remonta al año 1668) y está declarada Fiesta de Interés Turístico.
Regresamos a la plaza del Eccehomo y recorremos ahora la calle Sol, la otra arteria principal del caso histórico de Villaviciosa junto con la calle del Agua. Cuenta con un importante patrimonio arquitectónico, además de alguna pequeña tiendecita en la que entrar a curiosear. Si tomáis un desvío por la calle Ballina y Fernández podéis aprovechar para echar un vistazo a otros dos importantes edificios. Uno es el Ateneo Obrero, inaugurado en 1922, y el otro es el Ayuntamiento, que data de 1906.
Alrededores de Villaviciosa
Nosotros damos así por terminada nuestra visita a Villaviciosa, pero en los alrededores de la población hay muchos más lugares interesantes que conocer. Un buen ejemplo es el Conjunto Munumental de Valdediós, situado a tan solo 9 km. Está compuesto por la iglesia de San Salvador, del siglo IX y una joya del arte prerrománico asturiano, y el monasterio de Santa María la Real, fundado en el año 1200 y un magnífico ejemplo de arquitectura románica cisterciense. En esta página web tenéis toda la información práctica para que podáis organizar vuestra visita.
Otra visita en los alrededores de Villaviciosa es el precioso pueblo pesquero de Tazones. Os lo recomendamos totalmente, a nosotros nos encantó. Tenéis toda la información sobre nuestra visita en este otro post.
Por último, también tenéis la opción de acercaros hasta la playa de Rodiles, ideal para los surfistas. La encontraréis justo en la desembocadura de la ría de Villaviciosa, sobre la que podéis aprender más en el cercano centro de interpretación. Como podéis comprobar, Villaviciosa ofrece opciones interesantes para todos los gustos.