Vitré: un castillo medieval en una ciudad llena de encanto

Castillo de Vitré

A escasos 40 km de Rennes se encuentra la bonita población medieval de Vitré. Su imponente castillo es su principal gancho turístico, pero lo que os enamorará será la belleza de las callejuelas del casco histórico. Una visita a la Oficina de Turismo os permitirá haceros con un plano de la ciudad. Está situada al lado de la estación de tren, junto a la que encontraréis un gran aparcamiento gratuito donde dejar el coche. Como en la Bretaña los monumentos cierran temprano, vamos primero a visitar el castillo de Vitré y dejamos para luego la exploración de sus calles medievales.

Vitré
Estación de tren de Vitré

Castillo de Vitré: una fortaleza imponente

Os dejamos aquí el enlace a la web del castillo de Vitré para que consultéis precios y horarios de apertura. Una gran plaza os dará la bienvenida al castillo y os ofrecerá unas vistas estupendas de todo el conjunto. Rodeado por un foso, el acceso al castillo se hace a través de un puente levadizo custodiado por dos grandes torres.

Vitré
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El Ayuntamiento de Vitré

Es poner un pie dentro y sentirnos automáticamente transportados a la Edad Media. La construcción del castillo se inició en el siglo XI, con posteriores reconstrucciones y ampliaciones. En el patio interior se encuentra el Ayuntamiento de Vitré. Ocupa un edificio construido en 1913 imitando el estilo gótico y no desentona nada con el entorno.

Vitré
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La muralla del castillo dibuja un triangulo con grandes torreones en las esquinas. Tanto la muralla como las tres torres se pueden visitar y las vistas de Vitré desde lo alto son fantásticas.

Vitré
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Empezamos por la Tour Saint-Laurent. Una escalera de caracol nos lleva a las distintas plantas, en las que se exponen distintas piezas de mobiliario y otros interesantes objetos históricos. Un antiguo telar nos muestra la importancia de los tejidos de lino elaborados en Vitré. Entre los siglos XV y XVII esta ciudad fue un importante centro manufacturero y comercial, que exportaba sus tejidos a medio mundo.

Vitré
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La siguiente es la Tour de l’Argenterie. Una preciosa cama a la polonesa (o cama polaca) ocupa un lugar destacado. No hay que confundirla con una cama con dosel. La diferencia radica en que en la cama a la polonesa la marquesina que la corona es más pequeña que la base de la cama y los postes que la sujetan son curvos.

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Por último, la Tour de l’Oratoire alberga una pequeña capilla y, en la planta baja, una antigua botica a la que solo se puede acceder durante las visitas guiadas.

Un paseo por las calles medievales de Vitré

Una vez finalizada la visita al castillo nos dedicamos a callejear sin rumbo por el centro de la ciudad. Hay muchas casas con entramado de madera. Muchas otras tienen las fachadas revestidas de pizarra, un símbolo de riqueza de las familias más pudientes durante los siglos XV y XVI.

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Las calles más destacables son la rue d’en Bas, la rue de la Poterie, la rue de la Baudrairie y la rue de Notre-Dame. Lo mejor es caminar sin rumbo fijo y perderse por los rincones tan bonitos que esconde Vitré.

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En la rue d’en Bas merece especial mención el Hôtel du Bol d’Or, de 1513. Su forma asimétrica es realmente llamativa y hace que no pase desapercibido. Al final de esta calle se encuentra la Place Saint-Yves, con buenas vistas al castillo.

Vitré
Hôtel du Bol d’Or
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Vistas desde la plaza Saint-Yves

Pero hay dos rincones de Vitré que nos parecen especialmente bonitos. Uno es la colorida esquina de las calles de la Baudrairie y de Notre-Dame.

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El otro es la bifurcación de las calles de la Poterie y Sévigné. Una casa con entramado de madera que parece sacada de un cuento la convierte en una visita imprescindible.

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No nos marchamos de Vitré sin echar un vistazo a la bonita iglesia de Notre-Dame. Su campanario está en obras, pero ni siquiera los andamios le restan un ápice de encanto.

Vitré
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Rue de Notre-Dame

Vitré nos ha gustado mucho. Ha ayudado que no hubiera apenas ni un turista además de nosotros. Esto nos ha permitido descubrir la ciudad a nuestro ritmo, sin agobios, ruidos ni aglomeraciones. Es el primer pueblecito de la Bretaña que visitamos y ha superado todas nuestras expectativas. Nos marchamos hacia Fougères, que también cuenta con un castillo medieval. El de Vitré ha dejado el listón alto, a ver lo que nos espera en nuestro próximo destino.

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Una respuesta a “Vitré: un castillo medieval en una ciudad llena de encanto”

  1. […] de Vitré, unos 30 km al sur, llegamos a Fougères a media tarde. Vamos a pasar la noche aquí, en su camping […]

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